A medida que la cotidianidad se va permeando cada vez más de la tecnología y las tareas diarias se vuelven más interconectadas, la ciberseguridad continúa siendo el pilar fundamental para proteger todo tipo de información, ya sea, personal, de infraestructuras críticas, procesos gubernamentales, entre otros.

Frente a esto, una de las tecnologías de mayor tendencia en los últimos tiempos es la IA que se ha posicionado como una herramienta poderosa y sobre todo prometedora para lograr una mejor protección ante las amenazas digitales.

Lo que más requieren las compañías es anticiparse a un ataque cibernético, y el tiempo que se tarden en identificar, manejar y tomar medidas preventivas será lo que indudablemente marque la diferencia. Por esto, la velocidad con la que los ciberataques pueden propagarse y causar daños es asombrosa, lo que hace que las respuestas rápidas sean esenciales.

En este punto es donde la IA juega un papel fundamental, ya que al lograr acciones correctivas de manera autónoma se podría minimizar el tiempo de respuesta de los equipos de ciberseguridad humano y reducir las ventanas de acceso para los atacantes. El algoritmo de aprendizaje y análisis de datos indudablemente ayudan a detectar patrones o anomalías que un humano tardaría más tiempo en hacerlo, por ello, la detección de brechas de seguridad es mucho más proactiva.

Las respuestas rápidas se dan gracias a la capacidad que tiene la IA para tomar decisiones basadas en el análisis de la información recopilada. Algunas de las características de la IA son la detección en tiempo real, automatización de respuestas, adaptabilidad y por supuesto actualización continua, por ende, la combinación de estas capacidades, que si bien un ser humano las puede desarrollar, esta tecnología logra hacerlo en un tiempo menor y le permite a las compañías acercarse un poco más a la realidad en materia de ciberseguridad logrando encontrar medidas acordes e inmediatas para proteger y salvaguardar la información.