La transformación digital de la educación en Colombia representa una oportunidad clave para cerrar brechas sociales y garantizar una formación equitativa y de calidad. Actualmente, el sistema enfrenta importantes retos, según el DANE el 72% de las escuelas no cuentan con computadores y el 96.7% carecen de laboratorios tecnológicos según datos suministrados por el Ministerio de Educación Nacional. Esto limita la formación en competencias digitales y áreas STEM, esenciales para el desarrollo del país. Además, Colombia ocupa posiciones bajas en evaluaciones globales como PISA, reflejando un bajo desempeño en matemáticas, ciencias y lectura (LEE,2023). Por otro lado, la formación docente en habilidades tecnológicas es insuficiente, y las brechas de género y cobertura en educación STEM perpetúan desigualdades estructurales.
Frente a este panorama, la implementación de una política de Inteligencia Artificial se presenta como una herramienta transformadora. Esta política, diseñada con miras a 2030, busca fomentar la investigación, fortalecer la infraestructura tecnológica, desarrollar el talento digital y garantizar el uso ético de la IA. La personalización del aprendizaje, el uso de herramientas de IA para automatizar evaluaciones, reducir la carga docente, y la integración de tecnologías adaptativas son solo algunos de los avances proyectados que podrían revolucionar el sistema educativo. Proyecciones globales indican que para 2030, el 85% de los trabajos aún no existen (US Bureau of Labor Statistics), lo que demanda un enfoque educativo que priorice habilidades digitales, pensamiento crítico y mentalidad emprendedora.
La educación basada en IA también promete hacer frente a la escasez y el agotamiento de los docentes. Con el promedio de 53 horas semanales de trabajo en el sector educativo (RAND Corporation, 2022) y un agotamiento significativo del personal, el uso de la IA generativa podría ahorrar entre 5 y 10 horas semanales por docente, facilitando una enseñanza más personalizada. Además, el uso de esta tecnología en la educación primaria y secundaria se proyecta crecer un 45% anual, posicionándola como una herramienta clave para el futuro del aprendizaje (Global Market Insights).
Igualmente, la digitalización de la educación no solo mejoraría los resultados educativos, sino que tendría un impacto económico y social significativo. Estudios estiman que podría aumentar el PIB en un 2% (Foro Económico Mundial,2020) y reducir la deserción escolar y la brecha rural-urbana en un 12%(UNESCO, 2020). También fomentaría la inclusión de poblaciones vulnerables, mejorando el acceso de personas con discapacidad y mujeres a programas educativos avanzados. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y las comunidades educativas es clave para garantizar el éxito de esta transformación, con metas claras como la mejora del acceso universal a herramientas digitales, la formación de docentes en pedagogía digital y la creación de ecosistemas innovadores que integren la tecnología con la educación. En este sentido, la digitalización de la educación no es solo una necesidad, sino una oportunidad única para construir un sistema educativo inclusivo, innovador y preparado para los desafíos de un futuro cambiante y los retos del siglo XXI.
Escrito por: Valentina Díaz
Etiquetas: Foro EDvolución
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