En el pasado, invertir con fines de lucro y la filantropía eran dos caminos que la mayoría de los inversionistas veían por separado. Actualmente, esta visión se ha transformado y cada vez se busca la idea de ser más responsable con el tipo de negocio que se desarrolla.
En esa línea, aparece la inversión de impacto, que son inversiones realizadas con la intención primordial de generar un resultado positivo medible, en lo social y ambiental. Y con la confianza de tener un rendimiento financiero. Por lo tanto, tiene como objetivo fomentar el desarrollo económico y lograr resultados sociales.
Según la Red de Inversión de Impacto Global (GIIN), la inversión de impacto representó USD$ 715 mil millones para 2019. Esta cifra es mucho, si se tiene en cuenta que solo en comparación con el año inmediatamente anterior creció un 43%. Y poco, si se tiene en cuenta que aún solo representa 1,4% del grueso de las inversiones globales.
Más allá de un número, algunas preguntas que están de fondo son, ¿cómo podemos, a través de la tecnología, promover una nueva forma de inversión? ¿quiénes son los actores sobre el terreno y cuáles son los canales de inversión más eficaces?, ¿cómo las políticas de inversión de determinadas administraciones públicas se articulan con esta visión?
En esta primera entrada, analizaremos los puntos fundamentales en los cuales se basa la inversión de impacto.
De acuerdo, con la organización Latimpacto y Acafi, podemos identificar tres características básicas de este tipo de inversión.
La inversión de impacto ha atraído a una amplia variedad de inversores, tanto individuales como institucionales, entre estos:
En esta lista, se pueden encontrar desde organizaciones sin ánimo de lucro, pero con algún tipo de actividad económica que les ayuda a financiar sus operaciones. Por el otro lado empresas que sí tienen fines de lucro, pero que además tienen un propósito social y/o medioambiental, como lo describimos inicialmente.
Visto de manera gráfica la siguiente figura muestra, que mientras más a la derecha esté una organización, más focalizada estará en obtener impactos sociales y/o medioambientales, por lo que atraerá inversionistas impact-first (el impacto primero sobre los retornos financieros). Mientras que, hacia la izquierda, en estos casos aumenta la posibilidad de que el proyecto genere retornos cercanos a los de mercado, por lo que podrían atraer inversionistas finance-first (retornos financieros iguales que los mercados competitivos).
El ambiente en el que se desarrolla la inversión de impacto reúne a varios actores que se concentra en solucionar las problemáticas socioambientales con capitales privados y modelos de mercado. Estos actores logran cumplir estos objetivos, dado que existen los proveedores de capitales que aportan mediante el financiamiento, a quienes se les conoce como la oferta.
Del otro lado, están las organizaciones sociales y/o medioambientales, de diversa naturaleza, que pueden ser receptoras de este financiamiento, la demanda.
En medio, se encuentra los intermediarios, quienes tiene dos funciones esenciales: primero, impulsar recursos desde la oferta hacia la demanda y, segundo, respaldar el desarrollo de esta demanda con el objetivo de que puedan ser receptores de este tipo de capital.
Por último, dentro del ecosistema, se debe tener en cuenta a todos los actores que inciden de una u otra manera en la inversión y que son fundamentales para que ésta se desarrolle.
En la siguiente entrada analizaremos los mediadores y mecanismos financieros, que ayudan al desarrollo de la inversión de impacto y cómo se promueve está a través de la tecnología.
Por: Michael Sepúlveda
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