“El coronavirus ha transformado radicalmente el papel del IoT en tan solo unos meses. Los dispositivos conectados han sido herramientas útiles para vigilar y contener la enfermedad en todo el mundo” (WEF, 2020).
Según un reciente estudio del World Economic Forum actualmente hay más dispositivos conectados que personas en el mundo, y se prevé que para 2025, 41.600 millones de dispositivos capturarán datos sobre cómo vivimos, trabajamos, nos movemos por nuestras ciudades, operamos y mantenemos las máquinas de las que dependemos.
Dicho esto, en este informe se resalta que el coronavirus ha transformado el papel del IoT en muy poco tiempo. Es innegable que los dispositivos conectados han sido útiles herramientas para vigilar y contener la pandemia en todo el mundo. Pero la situación también ha puesto de manifiesto la necesidad de lograr un equilibrio adecuado entre el interés público de proteger la salud frente a futuras pandemias y la necesidad de garantizar la protección de datos. A medida que el mundo empiece a superar la crisis de la pandemia, se debe aprovechar la oportunidad para reimaginar nuestra relación con IoT y promover un uso más seguro e inclusivo de la tecnología. Para ello, es necesario que los gobiernos del mundo establezcan nuevas estrategias de política pública para fortalecer la supervisión y proteger los derechos humanos de los ciudadanos. Por ejemplo, por ahora, es importante que se establezca claramente la responsabilidad de los organismos tanto públicos como privados de la protección de datos personales, determinar la finalidad de la recolección de datos personales y establecer una política de privacidad.
Para conocer más les invitamos a acceder al reporte completo acá: https://bit.ly/3df4Rue
