Observar una ciudad desde arriba es ver el mundo en movimiento. Los vehículos de transporte masivo llevando gente hacia y desde el trabajo, taxis circulando en patrones abstractos, camiones entregando mercancías, llevándose la basura y limpiando a su paso; los peatones recorriendo espacios públicos, ciclistas y motociclistas atravesando el tráfico. La movilidad es el elemento que le da vida a nuestras ciudades y a todo el territorio nacional.

Nuestra necesidad por movilizarnos tiene sus consecuencias: las ciudades son cada vez más ruidosas, congestionadas y sucias. Muchos de los residentes urbanos pasan horas atascados en tráfico (especialmente en las ciudades más grandes, causando miles de millones de pesos en pérdidas), la contaminación es abrumadora ????, hay miles de accidentes en  las carreteras anualmente, y los vehículos son mayoritariamente dependientes de los combustibles fósiles. En otras palabras, el paradigma de movilidad actual no es sostenible.

Aunque la movilidad es vital para las personas,  la realidad de lo que está disponible no coincide con las aspiraciones de los habitantes en cuanto a formas seguras, limpias, confiables, rápidas, verdes y asequibles de llegar de un punto a otro.

Por estas y muchas otras razones, movernos se convierte en un factor económico crítico y un habilitador importante para la prosperidad. La esperanza está en que las TIC están fomentando una transformación sin precedentes de los modos de transporte por medios alternativos e innovadores, gracias a la posibilidad de conectarse a ellas remotamente, a través de un teléfono inteligente. Esto es tanto una oportunidad como un reto para los transeúntes y los creadores de políticas públicas, para adaptarse efectivamente a estos cambios. 

El futuro de la movilidad en las ciudades depende de los modos de transporte que se utilicen y del espacio que se les de a cada uno: carro privado,”a la medida”, masivo/público, bicicletas, peatones, etc. Estos espacios definirán nuestra manera de movernos, inclinándonos siempre por alternativas de transporte más cómodas, sencillas, efectivas, verdes e inclusivas.

Así, para cambiar el paradigma actual de la movilidad en las distintas regiones del país, es necesario entender que hay que desmaterializar los servicios de transporte, facilitar los procedimientos de las cadenas de suministro y tener vehículos e infraestructuras mas amigables con el medio ambiente.

 

Por:  Juan Pablo Archila y Nathalia Gamboa B

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