La seguridad informática sigue siendo un tema crítico para Gobiernos, organizaciones e individuos, en gran medida porque la acelerada adopción de herramientas tecnológicas y la idea de que “a mí no me va a suceder” les han abierto la puerta a prácticas indebidas como resultado del exceso de confianza, un manejo inadecuado de las herramientas y el poco entendimiento que se tiene de los principales riesgos en la red.
De acuerdo con el “Estudio trimestral de ciberseguridad: ataques a entidades de Gobierno”, elaborado por la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones (CCIT) y TicTac, el primer tanque de análisis y creatividad del sector TIC en Colombia, establecido por esa entidad, en lo que va del año se ha presentado una disminución del 23,1% con respecto al número de denuncias de ciberdelitos efectuadas en 2021.
La investigación destaca que entre enero y febrero de 2022 fueron hechas en Colombia 9.226 denuncias por ciberdelitos, cerca de 3.000 menos que las reportadas durante el mismo periodo el año pasado, cuando sumaron en total 12.012.
El estudio de la CCIT evidencia, además, que los tres delitos informáticos más frecuentes son:
Muestra de lo anterior es el ataque hecho en febrero al Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) con un nuevo tipo de ransomware denominado ‘BlackByte’ y los malware que se han valido del conflicto entre Rusia y Ucrania para hacer de las suyas.
“El ransomware es un software malicioso de manifestación antigua, pero en constante evolución, lo que hace que en la actualidad se mantenga dentro del top de amenazas con mayor riesgo de ciberseguridad. Por eso, un firewall no es garantía de protección única contra estas amenazas”, asegura Ricardo Pulgarín, Senior Regional Security Solutions Architect de Lumen en LATAM.
Considerando eso, el ejecutivo les entrega a las organizaciones en Colombia diez recomendaciones para fortalecer sus esquemas de ciberseguridad:
En caso de incidentes provocados por personas, ransomware o desastres naturales, es esencial adoptar las medidas que permitan una rápida recuperación de datos y sistemas.
Para lograrlo, los pasos a seguir son la copia de seguridad de los datos, las pruebas de la recuperación y un plan que incluya la definición del punto objetivo de recuperación (RPO) y determine la frecuencia con la que se realizarán los backups, junto con un tiempo objetivo de recuperación (RTO).
Este tipo de acciones garantiza que los datos estén disponibles, que cada recurso se pueda recuperar y que todo funcione como se espera. Hay que sumarles una correcta comunicación a lo largo de la cadena de mando establecida y la definición de responsabilidades de equipos y personas.
Establecer la seguridad de los datos tiene que ser una prioridad de la empresa. De ahí que una correcta capacitación sea clave, tanto para entender los riesgos a los que se puede ver expuesta la compañía, como para que los colaboradores comprendan la importancia de asumir su responsabilidad ante posibles amenazas.
Las organizaciones deben tener claro cuáles son los sistemas, dispositivos y servicios de su entorno necesarios para mantener sus negocios en línea y su inventario activo. Esto les ayuda a identificar sus frentes más vulnerables y a trazar la línea base de recuperación del sistema.
A fin de contar con una estrategia de seguridad integral, es fundamental disponer de controles en todos los puntos críticos de la red. “Sin duda, la seguridad perimetral es importante, pero para ser efectiva, y considerando la alta movilidad de los usuarios, debe complementarse con seguridad en los terminales.
La segmentación puede ayudar a contener el accionar del malware. Si una amenaza ingresa a la red, es necesario “encerrarlo” e impedir que se mueva sin control para que deje de recopilar información. Para ello, es necesario “dividir” la red en secciones más pequeñas, evitando así que las amenazas se muevan lateralmente, con un mejor control del flujo de tráfico entre secciones.
Además de los dispositivos de red, también es imperativo asegurar que las soluciones de correo electrónico estén ejecutando sus últimas actualizaciones y cuenten con una protección de ingestión segura.
Las organizaciones necesitan implementar mecanismos de doble factor de autenticación para sus usuarios y clientes remotos, lo que les permitirá tener una doble validación de acceso a la información más crítica.
No hay que olvidar el monitoreo del uso de puertos, protocolos y servicios en la red para evitar que aplicaciones malintencionadas mantengan una brecha de seguridad que pueda ser explotada por el atacante.
El modelo de cadena de exterminio de la ciberseguridad identifica lo que hacen los ciberdelincuentes para completar sus objetivos. La posibilidad de que existan fallas humanas hace necesaria la implementación de tecnología de seguridad sólida y de una estrategia de ciberseguridad que integre varios controles y permita visualizar las diferentes etapas que debe enfrentar un atacante antes de tener éxito
Un plan de respuesta a incidentes claramente definido y practicado contribuirá, en gran medida, a garantizar un mejor resultado en caso de ciberamenazas.
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