Las impresoras 3D no son producto de la revolución 4.0 puesto que el uso de las primeras se remonta a la década de los 80, la primera patente conocida fue presentada por el estadounidense Charles W. Hull el 8 de agosto de 1984.
Las impresoras 3D, reemplazan la tinta por cualquier tipo de material (concreto, chocolate, biotintas, plástico), adicionando capas, una sobre otra convirtiendo prototipos digitales en objetos tridimensionales.
Se espera que entre 2017 y el 2021 el mercado de la impresión aditiva crezca un 200%, pasando de 9 mil millones a 27 mil millones de dólares. Alrededor del 25% de la proyección para el 2021 será manufactura aditiva metálica.
Dentro de las ventajas podemos encontrar:
Su uso se amplía a los sectores de construcción, espacial, automovilístico, de alimentación, médico y bienes de consumo, por mencionar los más relevantes.
Por: Andrea Torres
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